jueves, 5 de marzo de 2015

Que el barro no tape responsables

Que el barro no tape responsables

No fue la naturaleza indómita. No fue un "tsunami" como dijo el
 gobernador. No fue un imprevisto.

"...más allá de la cantidad de agua caída, la “catástrofe” no es “natural”: Lo natural es que
cuando llueve el agua se infiltre y vuelva lentamente a la superficie (efecto de esponja). Pero las 
cuencas altas están siendo desmontadas, incendiadas y edificadas, desprotegiendo e 
impermeabilizando el suelo que pierde su capacidad de esponja. Ya no retiene el agua cuando
 llueve, y no la libera cuando falta..." Coordinadora Ambiental y de Derechos Humanos de las 
Sierras Chicas
Desde el 2002, expertos presentaron a las autoridades la “Carta de peligrosidad de inundación, erosión y anegamiento para las acciones de prevención” advirtiendo todos y cada uno de los daños que se provocarían si no se tomaban las medidas adecuadas. Se señalaba que “la alteración del pedemonte oriental de las Sierras Chicas por la constante pérdida de cobertura vegetal autóctona: se hicieron comunes el desmonte, el sobrepastoreo y la siembra de cultivos con gran desgaste del suelo que junto al constante crecimiento urbano, se tradujeron en un progresivo agravamiento de los procesos de erosión hídrica y en un notable incremento en los caudales de escorrentía desde las zonas rurales hacia el ejido de la ciudad”.
Ningún funcionario tuvo en cuenta esta notable advertencia, que se repetiría en el 2006, como tantas otras.
Recordemos que esta película ya la padecimos. El anegamiento que padecieron las localidades ubicadas al noroeste de la Capital el 12 de marzo de 2000 cuando cayeron 135 milímetros en 45 minutos además de los cuantiosos daños materiales se llevo tres vidas.
Como siempre, hay responsables. En los que gobiernan, en los que lucran económicamente. Unos y otros, cómplices y responsables.
Son muchas las voces de especialistas que vienen advirtiendo sobre las consecuencias del desmonte, de las construcciones sobre las sierras, del agronegocio sin controles, de la improvisación en los desarrollos inmobiliarios.
Córdoba Ciudad no es la excepción. Se inunda, se colapsa apenas comienza a llover. Las cloacas reventadas son parte de un paisaje cotidiano.
El Suquía sigue cada vez más contaminado. Emprendimientos Inmobiliarios descontrolados, sin estudios de impacto ambiental, cloacas inservibles, tratamiento de afluentes degradados, proyectos ligados a la planta de tratamiento de residuos de Bajo Grande olvidados. El agua abundante de las lluvias que nos anega, es el agua del negociado de "Aguas Cordobesas" que, paradojalmente, no llega a todos.
Los funcionarios públicos, según consta en la Constitución Provincial y en la Carta Orgánica Municipal, deben "resguardar el equilibrio ecológico, proteger el medio ambiente y preservar los recursos naturales" y “promover una mejor calidad de vida, preservar el ambiente, el ciudadano tiene derecho al ambiente sano y al desarrollo sustentable” respectivamente.
Los hechos demuestran que no solo no cumplen con estas tareas si no que en complicidad con sectores del poder económico, son cómplices de catástrofes previsibles.
No podemos seguir siendo ciudadanos distraídos. Debemos estar alertas, se prepara una nueva ordenanza para favorecer a grandes desarrollistas de consecuencias gravísimas. Otro negocio en marcha en detrimento de los derechos ciudadanos.
Proponemos declarar con seriedad la Emergencia Social, Ambiental e Hídrica de la Provincia y de la Ciudad de Córdoba.
Acompañamos la denuncia penal contra el Intendente Mestre por desbordes cloacales, llevada adelante por Encuentro por una Córdoba Inclusiva.
Además hacemos política y penalmente responsables al Sr. Gobernador, al Sr. Intendente de la Ciudad de Córdoba e Intendentes de las localidades afectadas, por incurrir, sin justificativo alguno, en un grave incumplimiento de sus funciones y responsabilidades públicas. No pueden ignorar ni sus obligaciones ni los daños previsibles. Por lo que exigimos sean sometidos a la justicia.
Junta Promotora Cura Nico Alessio 2015
Curemos Córdoba.
Otra Córdoba es posible porque tenemos esperanzas, es necesaria porque tenemos derechos y es urgente porque tenemos dignidad.