martes, 25 de junio de 2019

Sacerdotes de Córdoba ante las Elecciones PASO




Sacerdotes de Córdoba ante las PASO

De la ilusión a la esperanza


Muchos sectores populares eligieron “un cambio”. Con grandes ilusiones de vivir mejor. Hoy sienten un desencanto lacerante. 

Niveles de marginalidad, desempleo, destrucción de industrias, pymes, inflación, abandono de la ciencia y técnica, la salud, la educación y un endeudamiento como no hemos sufrido en décadas.

Un desasosiego profundo se extiende en los sectores populares y la clase media argentina.

El mismo gobierno que hipnotizó con “el cambio” lo reconoce en sus propias cifras oficiales y solo atina a repetir hasta el hartazgo: “hay que esperar, es el camino correcto”.

Se nos propone fe en un futuro ficticio, que todavía a muchos les impide reconocer la tragedia presente.

Se lo hace con la complicidad de un gran aparato mediático, que sutil y eficazmente, nos convence que “no hay otra salida”, con un grado de perversidad y ocultamiento pocas veces visto.

También con la complicidad de sectores de la justicia que van sumando arbitrariedades que afectan gravemente la institucionalidad.

En lenguaje bíblico nos recuerdan a los falsos profetas o lobos con piel de cordero.

Hace cuatro años fuimos seducidos con aquellos cantos de sirena, y si nos remontamos a los años 90, las promesas eran las mismas. 

Con una lógica religiosa perversa: “hay que sufrir ahora como precio de un cielo futuro”.

Nos inundaron con quiméricas promesas: “luz al final del túnel, pobreza cero, lluvia de inversiones, lo peor ya paso, el próximo semestre…”

Instamos e invitamos desde una fe cristiana hecha carne junto al clamor de los pobres a pasar de la ilusión a la esperanza.

Hay una gran diferencia. 

La “ilusión” es un engaño.  La esperanza es una tarea.

Seamos esperantes entusiastas de un horizonte posible que se conquista con esfuerzo y convicciones.

No hay caminos intermedios, los sectores populares debemos acompañar la propuesta nacional, popular, progresista y feminista cuyo centro sea la persona humana, la producción y no la especulación, la cultura del trabajo y el cuidado de todos los derechos sociales, ambientales, culturales.

Dejando atrás un programa neo liberal idolátrico del “dios mercado” que destruye la vida en todas sus formas.

En Agosto y luego en Octubre, tendremos la posibilidad de abrir bien los ojos, de pasar del desencanto a la tarea de apostar a la esperanza.
  
Córdoba debe reaccionar, mostrar su mejor veta y genes combativos.

Los ilusionistas del sofisma darán paso a los artesanos esperanzados.


Grupo Sacerdotal Enrique Angelelli
Junio 2019