miércoles, 6 de agosto de 2025

San Cayetano, zurdo rata inmunda.

 


Si San Cayetano viviera

Milei le diría “zurdo, rata inmunda”.

 

Y estaría golpeado ferozmente cada miércoles en las marchas de los jubilados.

Bullrich lo hubiera puesto preso.

San Cayetano no dudaría en acompañar todos los urgentes y dramáticos reclamos sociales.

En su tiempo, enfermos de sífilis, mendigos, campesinos, prostitutas, víctimas de la usura, encontraron en él una presencia amorosa que reclamaba justicia y derechos sociales.

Y supo enfrentar a los que detentaban el poder político y social.

Su lucha, sus desvelos, sus convicciones, sus sueños, siempre las entendió “con otros”.

No era un héroe aislado. Por eso organizó a sus seguidores en comunidad.

Congregaba a otros, reunía a otros, aglutinaba.

Su mística era el amor desprendido e inclusivo.

Una ética de la ternura y el cuidado.

La idea de pan y trabajo, tener dignidad y compartir, quedaron en la memoria popular.

La espiga de trigo no hace milagros.

Es un símbolo, un signo, un sacramento de lo que hay que hacer: cuidar la tierra, sembrar, cosechar y compartir.

El pan se comparte, pero antes hay que amasarlo.

Siempre sembradoras, nunca motosierra.

Hoy, el Señor Presidente impone una lógica, una metodología, del insulto, el agravio, la violencia verbal, un odio planificado y disfrazado de “sinceridad” y “espontaneidad”.

Una aberración que daña el tejido social.

San Cayetano sería “un parásito mal” que hay que eliminar.

Y a sus seguidores también.

San Cayetano nos enseña todo lo contario, una lógica de ternura, inclusión y cuidado.

San Cayetano se baja de los altares y nos empuja caminar.

Esa es la verdadera procesión.

Y vamos todes.

miércoles, 16 de abril de 2025

Espectro . Hacia la cruz.

 

 


Espectro

Hacia la cruz

 

Los cuatro varones, autores de los evangelios,  no dicen nada.

Los relatos populares sí.

Una mujer fantasma.

Las tradiciones le dieron un nombre.

Verónica.

No importa que  no fuera el nombre real. Eso se perdió en las penumbras del tiempo.

Solo se pretendía sostener la veracidad del rostro en el paño. Verdadero (Vero) ícono (nica). El rostro en el lienzo era auténtico.

Quién era esa sombra femenina.

¿Formaba parte del grupo “de mujeres que acompañaban” al condenado?

Llama la atención que no la nombren, siendo que a otras mujeres si les reconocen una identidad. Como a  María, María de Cleofás, María de Magdala.

En los susurros del viento en las cuevas marginales, supo que los poderes religiosos y políticos lograron decidir la pena de muerte del profeta.

Seguramente estuvo cuando Pilatos se lavó las manos.

Y como dicen la tradición, pidió a gritos por la inocencia de Jesús, reclamando su derecho a testificar. Derecho no reconocido.

Fue una prostituta rescatada de una lapidación hipócrita.

Una leprosa despreciada cargada de llagas, pero rescatada.

Una discípula enamorada.

La sirio fenicia  que le arrancó el milagro para su hija a los gritos y una astucia sin igual.

O fue la mujer del flujo de sangre.

Coincide en el ardor con Verónica.  

Sangre por sangre.

El espectro femenino  toca los labios, la sangre y la piel herida de Jesús.

Desnuda su cuerpo femenino, se lanza sobre el profeta para limpiarlo.

Se hizo lugar a empujones, entre curiosos y sádicos soldados romanos.

Llega con su paño y limpia el rostro sangrando.

No tuvo mucho tiempo.

La patean, la empujan, la corren a las patadas y latigazos.

Ella se queda con su lienzo manchado de polvo, sudor y  sangre.

Fue un gesto atrevido, audaz, corajudo.

Queda en su túnica el rostro del profeta.

Y ese es el rostro de todos los crucificados.

Tal vez ella sea todas mujeres.

La sombra sigue presente.


Nicolás Alessio teólogo. 

jueves, 19 de diciembre de 2024

Pesebre sin adornos.

 

Pesebre sin adornos.

 

En situaciones dramáticas y de impotencia, la frase popular dice "poner un grito en el cielo".

Somos más de 15 millones de pobres.

A veces el cielo pareciera sordo.

¿Será que no gritamos lo suficiente o que ni ganas de gritar quedan?

"He oído los gritos de mi pueblo" dijo alguna vez Dios desde una zarza ardiendo. 

Tal vez debemos gritar más, mejor, y más fuerte.

Ese clamor debe ser también exigencia callejera.

Ocupar plazas y territorios. Aturdir con los reclamos.

El pesebre es el lugar del eco, lento, hiriente y profundo, de tantos gemidos.

Se oían muy bien. Incluso con música.

El coro de ángeles aporto lo suyo.

Fue una noche ruidosa, poética.

Nadie dormía.

Ni los Pastores, ni el rebaño, ni los Magos de Oriente, ni Herodes, ni José, ni María.

Menos el niño.

Eran centinelas alertas en tiempos de guerra.

No hay que dormirse nunca.

El Dios de la zarza, ha bajado para acariciar a los sufrientes.

La liberación puede olerse y gustarse.

La Navidad es un terreno en disputa simbólica.

¿Costumbre? ¿Encuentro familiar? ¿Consumo sin sentido? ¿Solidaridad de una noche? ¿Magia publicitaria? ¿Religiosidad inocua? ¿Comidas exóticas? ¿Arbolitos de colores? ¿Pesebres olvidados? ¿Brindis melancólicos? ¿Recuerdo de ausentes? Niñes jugando?

Tanto artificio confunde.

Los enviados celestes dijeron a los pastores, “vayan y verán un recién nacido”.

Es hora de ir y ver.

Millones y millones de pobres gracias a un gobierno insensible despiadado cínico y sacrílego blasfemo, que toma en vano el Nombre de Dios cuando recurre a "las fuerzas del cielo" para justificar sus atrocidades.

Un Milei que se cree mesías, se presenta como mesías. Una máscara diabólica.

Profanación del pesebre.

Por eso nos urge un Pesebre sin adornos.

Y sin profanaciones.

Nos urge, ir y ver.


 

 

lunes, 11 de diciembre de 2023

Hay que sufrir ahora, el cielo...ya veremos.




Sacrificio, para quienes?

Una larga tradición religiosa cristiana ha sostenido con mucha fuerza la necesidad de sufrir para conseguir el “cielo”.

Una pésima lectura de la “cruz” y de algunos textos que parecen decir que lo que el Padre del cielo quiere, desea e impone es el sufrimiento para sus hijos e hijas.

Una teología sacrificial que, hay que admitirlo, está presente en corrientes del pensamiento bíblico y arraiga profundamente en el sentir popular.

Esta manera de ver ha tenido consecuencias sociales tremendas.

Justificar las peores situaciones de explotación, de masacre, de muerte, de sangre derramada “porque después” llegará el premio.

El sistema económico que asume esta mirada y la predica, simplificando mucho, es el de “libre mercado” (sobre todo durante los 90, hoy hablaríamos más de un colonialismo financiero global).

Así se multiplican los discursos de “se vienen tiempos duros”, los “ajustes necesarios duelen”, serán “momentos muy difíciles”, serán meses “arduos”.

Lo que no se dice, y deliberadamente se oculta, es que tanta penuria no es para todos, y que al final, la tierra prometida, es una gran estafa.

Ya lo vivimos.

Los que “pagan el costo” son siempre los mismos: niños, mujeres, jóvenes, trabajadores formales e informales, pequeños comerciantes, excluidos, minorías étnicas, de género, campesinas, cuenta propistas, desocupados, pequeñas industrias y también la clase media.

Y los que se benefician también son siempre los mismos: bancos, financieras, agroexportadoras, agroalimentarias, mineras, mesas de dinero y los que fugan dólares a paraísos fiscales.

El nuevo gobierno recita este credo mentiroso.

El en “altar” del mercado no queremos más “sacrificios”.

Y no lo vamos a permitir.

Dios, tampoco lo quiere.

jueves, 31 de agosto de 2023

Becerros de oro.

 


No adorarás becerros de oro.

Milei, profeta de mentiras.

 

En la década de los 90, auge del “pensamiento único”, del “fin de las ideologías”, de la imposición del “nuevo orden mundial”, en Latinoamérica se impuso la “economía de libre mercado”. El “mercado” sería el regulador natural para el desarrollo, la justicia social, el crecimiento económico, el bienestar de los pueblos.

Desde la teología rápidamente advertimos el engaño y comenzamos a hablar del “dios mercado”. Un dios que exigía cada vez mayores sacrificios a los sectores populares en aras de grandilocuentes promesas que terminaron en un fracaso estrepitoso.

Pero era tan honda y tan fuerte la creencia, la “fe” en “el mercado” que sus características delinearon una nueva idolatría. Con las características de toda idolatría: engaño, fraude, sacrificios y más sufrimiento.

“ …los mecanismos del mercado …conllevan el riesgo de una «idolatría» del mercado” J. Pablo II CA 40

Ahora la situación es aún más grave. Ese “libre mercado” ha multiplicado sus tentáculos a una velocidad inaudita. Las nuevas tecnologías lo hacen posible.

Además, ha profundizado su presencia global con una característica aún más destructiva, la meramente especulativa.

Un nuevo colonialismo financiero global idolátrico.

La cuestión idólatra que tiene el mercado como fetiche, es solo y nada menos, que una versión moderna de aquella advertencia del Evangelio: “no se puede servir a dos señores, a Dios y al dinero”.

Las expresiones de Milei, en su torpe extravagancia, esconden esta aún más grave idolatría. Milei es el profeta de mentiras, capaz de sacrificar vidas humanas en pos de falsas promesas.

La “dolarización” es el engaño mayor, el canto de sirena, la manzana envenenada, de la “nueva idolatría del dinero” de la que habla Francisco.

Entendemos la insatisfacción democrática y somos empáticos con los que votaron a “la libertad avanza” y sabemos que no han votado lo que realmente prometen.

Pero hay que advertir la gravedad de la situación.

Toda idolatría es criminal.

Y este ídolo ya lo ha demostrado.

Grupo Sacerdotal Enrique Angelelli

Ateneo Enrique Angelelli

Movimiento Recuperar lo Nuestro

Red Nacional de Fe y Política

CEBs. Autoconvocadas.

miércoles, 12 de abril de 2023

Sin Política, no hay Pascua.

 

Sin Política no hay Pascua.

 


El tan mentado “triunfo de la vida sobre la muerte” es una afirmación biológica, cósmica, universal.

La semilla que brota, millones de semillas, que no todas fecundan, pero es el ritmo inevitable de los ciclos naturales.

Las culturas muy tempranamente trataron de descifrar y “nombrar”  este “ritmo”.

Entendieron que había que festejar, celebrar, compartir una nueva cosecha. Las semillas volvieron a crecer.

En la Biblia se encuentran fundamentalmente dos celebraciones ligadas a estos ritmos, la cosecha y la ofrenda de los primeros frutos.

Todas las culturas tienen sus fiestas agrícolas: celebrar este equilibrio natural.

Pero la fiesta de la Pascua no es agrícola, es política. Una fiesta de liberación popular contra un imperio opresor.

Si la tradición cristiana pronto llamó “Pascua” a la resurrección no lo hizo negando esta mirada política, al contrario, la profundizaba.

De aquella liberación del opresor egipcio a la liberación de todas las opresiones como centro de la insurrección de Jesús ante sus asesinos.

La tradición eclesial “espiritualizó” tanto a estos acontecimientos, tergiversó tanto los hechos,  que ahora no se trata de liberarse de toda opresión, si no del  “perdón de los pecados”.

De un desafío político, donde se pone en juego el poder de los pueblos contra el poder de los amos, se pasó a una tarea individual, interior, subjetiva contra “el pecado”.

La semana santa es la semana política por antonomasia.

Una de las consecuencias de esta inversión del sentido “pascual” es el crecimiento de la “anti política” o en todo caso, de la apatía política de muchos cristianos.

Hace décadas denunciamos que la separación “de la fe y la vida” es uno de los males de nuestro tiempo, para ser más precisos, la separación de “la fe y la política” diríamos ahora.

Cuando con razón advertimos en amplios sectores sociales el desprecio por la política, o peor aún la despolitización y por lo tanto desmovilización militante, debemos mirar a la responsabilidad de aquellos discursos religiosos que han enmascarado la Pascua.

Y si no hay política en sentido pascual, resurgen los totalitarismos sectarios, violentos, dogmáticos, depredadores, la política de los poseedores.

Así, la resurrección no es tanto un hecho puntual, si no un horizonte constante.

Un horizonte que debemos intentar.

Nicolás Alessio.

martes, 23 de agosto de 2022

Persecución judicial al desnudo

 



Persecución judicial al desnudo.

No sorprende, pero es muy grave.

No sorprende, porque ya ocurrió contra la democracia en Brasil, Ecuador, Bolivia y otros pueblos de Latinoamérica.

No sorprende, porque la “familia judicial” ...ahora una orga depredadora,   no quiere justicia, quiere lastimar a los sectores populares desacreditando a sus líderes.

No sorprende, porque lo prepararon durante años con la torpe complicidad de los medios hegemónicos y al servicio del poder económico concentrado.

No sorprende,  la persecución y el hostigamiento de líderes populares,  en aras de una supuesta lucha contra la corrupción.

No sorprende el abuso de autoridad a través de procedimientos indebidos de pésima calidad institucional. 

No sorprende el mecanismo de falsas acusaciones que repetidas al hartazgo parecen verdaderas.

En definitiva no nos sorprende esta versión local del “lawfare” contra la Sra. Vice Presidenta Cristina Fernández, condenada con antelación, sin pruebas, con mentiras tras mentiras y sin derecho a la defensa. 

Nos indignamos, lo denunciamos y lo repudiamos. Convocamos a la resistencia activa.

Vienen por nosotros.

Agosto 2022

Grupo Sacerdotal Enrique Angelelli

Red Nacional de Fe y Política

Comunidades Cristianas

De espaldas al Pueblo. Cómplices y Cobardes.

 Obispos argentinos.


Cómplices y cobardes.

Adoración Guaman Hernández, profesora titular de Derecho del trabajo y de la seguridad social en la Universidad de Valencia, definió al lawfare como “la utilización del sistema jurídico para desacreditar y perseguir a enemigos políticos. Se utiliza al poder judicial para intervenir en el campo de las decisiones políticas y legislativas». 

También lo afirma el Papa Francisco : "El lawfare, además de poner en serio riesgo las democracias de los países, generalmente es utilizado para minar los procesos políticos emergentes".  Se trata de un mecanismo para perseguir judicialmente y encarcelar a dirigentes políticos contrarios a los dictados de las autoridades gobernantes. Durante el cierre de la Cumbre Panamericana de jueces en el Vaticano, el Pontífice manifestó su preocupación "por una nueva forma de intervención exógena en los escenarios políticos de los países, a través del uso indebido de procedimientos legales y tipificaciones judiciales".

Se ha expresado el Movimiento Obrero en su conjunto (CGT, CTA), se han expresado Organizaciones sociales, se han expresado, artistas, intelectuales, organismos de Derechos Humanos, referentes populares,  personalidades de la política…dicen claramente través de una solicitada  "No al lawfare y el intento de proscripción a Cristina Fernández de Kirchner"

Y la ¿Conferencia Episcopal Argentina? ¿Y sus organismos de Pastoral Social? ¿Y la Comisión de Justicia y Paz? Nada, ni una palabra.

Esto está pasando en Argentina, una nueva y grave versión del lawfare. 

Persecución de líderes populares, poner en riesgo la democracia, abuso de autoridad, procedimientos indebidos, una justicia cómplice, mecanismo de falsas acusaciones.

Como no puede ser que no se interesen por los valores de la verdad, de la democracia, de la libertad, de la justicia, solo queda una explicación.

Son cómplices, mediocres y cobardes.